No hay nada mas placentero que una muuuy buena platica.
Cuantas veces nos hemos quedado horas y horas y horas platicando sin mas ni mas, sin un tema en específico, y ni siquiera con un fin en especial.
Apoco no es delicioso cuando de repente nos damos cuenta que ya amaneció, o que hace como veintemil horas que deberíamos habernos ido pero no fue así, por que de pronto, el tiempo paso tan rápido que ni siquiera lo sentimos...
Hay pero bueno... como me encanta sentir aquella satisfacción maravillosa, que solo es posible sentir después de una platica que pudo haber durado años y siglos más sin ningún problema... sin ningún fin físico , ni siquiera intelectual, pero como llena...
2 comentarios:
Concuerdo Esti. Sin duda las mejores pláticas son las que no tienen fin específico, pero siguen y siguen y siguen con una inercia que ya quisieran otras pláticas más intelectualoides.
¡Y lo mejor es que no tienen cortes comerciales!
Y continuo con lo que ha dicho Manza. Esas pláticas que te divierten tanto y que de repente llegas al punto de tocar una fibra sensible o de reir a carcajadas o de llorar por una minucia.
Y sé que puedo hacerlo porque mi boca no para. Sin embargo, me encantan los jueves de pláticas eternas a las 530 am cuando al siguiente día hay chamba. Y sí...cómo llenan!
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